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Santo Domingo de Guzmán

Este conjunto arquitectónico fue construido entre los siglos XVI y XVII en un área original de 24 lotes, ampliada mediante adquisiciones hasta alcanzar más de 40 000 m2. En 1552 se iniciaron los trabajos de construcción que se prolongaron hasta mediados del siglo siguiente. Pese a no estar terminado, fue habilitado por los frailes a partir de 1608 ante el derrumbe por sismo del Convento de San Pablo.

Fray Gonzalo Lucero y fray Bernardino de Minaya fueron los primeros dominicos que llegaron a Oaxaca en 1529. La orden creció y en 1543 tuvo a su primer vicario. Santo Domingo fue el centro de la vasta tarea evangelizadora dominica en todo el estado, cuya labor se desarrolló en constantes pugnas con la diócesis y varios obispos.

Entre 1608 y 1857 el convento funcionó como tal; fue sede de la provincia de San Hipólito Mártir. A partir de la Independencia diversas tropas se acuartelaron ocasionalmente en él. A raíz de las Leyes de Reforma los dominicos tuvieron que dejar el inmueble y lo ocuparon definitivamente las fuerzas armadas. Por ello el templo permaneció cerrado al culto desde 1866 hasta 1902; se le usó como caballería, por lo que hacia 1869 sus ricos retablos fueron saqueados y destruidos.

A fines del siglo XIX el clero logró la devolución del templo y su convento, siendo reabierto y consagrado al culto el 2 de enero de 1902. Poco después, en 1905, lograron la devolución del patio de la sacristía a cambio de la construcción del cuartel de caballería, costeada por el obispo Gillow. Los dominicos que no tenían buenas relaciones con él, tendrían que esperar hasta 1938 para recuperar la administración del templo.

El Ejército Mexicano ocupó el Ex-convento desde 1860 hasta 1994, aunque algunas partes fueron paulatinamente recuperadas ya entrado este siglo; la mitad del convento (el claustro central y el patio de servicios) fue cedido a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; posteriormente, el 19 de diciembre de 1972, se creó el Museo Regional de Oaxaca (hoy Museo de las Culturas de Oaxaca), a cargo del INAH.

En 1993, por acuerdo de la Presidencia de la República, y a petición del Gobierno y la ciudadanía de Oaxaca, la Secretaría de la Defensa Nacional entregó el inmueble para destinarlo a fines culturales. Poco después comenzaron los trabajos de ampliación y restauración del Museo, así como la creación del Jardín Etnobotánico. La reapertura de este maravilloso espacio inaugura una nueva época histórica del Ex-convento.

El templo está a cargo de los dominicos, y se mantiene abierto al culto; por respeto existen la siguientes restricciones en su visita: no pasear durante los actos litúrgicos, guardar silencio, no comer ni fumar, no tocar la decoración, no tomar fotografías con flash y vestir con el torso cubierto. Para el uso de cámaras de video y mayor información, dirigirse a la oficina del padre prior que está a espaldas del altar y la entrada es por el jardín anexo al sur, de 9:30 a 13:00 y de 16:30 a 19:00 horas. El templo está cerrado de 13:00 a 16:00 horas. Teléfonos 6-37-20 y 4-61-84.

Localización El Templo y Ex-convento de Santo Domingo de Guzmán forma parte de un conjunto cultural que incluye el Museo de las Culturas de Oaxaca y el Jardín Histórico Etnobotánico, así como la biblioteca Fray Francisco de Burgoa y la Hemeroteca Pública de Oaxaca Néstor Sánchez. Se encuentra a 6 cuadras al norte de la Plaza Central (Zócalo) de la Ciudad de Oaxaca. Está delimitado por las calles Macedonio Alcalá, Berriozabal, Gurrión y Reforma.

Descripción detallada La fachada principal del templo está orientada al poniente, elaborada totalmente de cantera de la región. Su severidad contrasta con el barroco exuberante de los interiores. La integran: la portada, con altura de 26 metros, y las dos torres que se elevan 35 metros a partir del piso. Los dos campanarios poseen vanos arcados y cuatro columnas adosadas en cada cara, de fuste estriado y rematadas en pináculo. Sus cúpulas están recubiertas de azulejos, y ostentan cupulín con linternilla.

El elemento más notable de la fachada es la portada del templo de tres cuerpos y remate en la que aparecen Santo Domingo y San Hipólito sosteniendo una iglesia sobre la que desciende el Espíritu Santo. La decoración del templo, uno de los ejemplos más sobresalientes del barroco mexicano, incluye el excepcional árbol genealógico de Santo Domingo de Guzmán y 36 pinturas, que se encuentran localizados en el arranque que ilustran pasajes del antiguo testamento; las superiores, reproducen escenas de la vida de Cristo y de la Virgen María. El interior está longitudinalmente compuesto por el coro y sotocoro, nave, crucero y el ábside. A lo largo de la nave se observan finos trabajos de carpintería y herrería, así como también esculturas, pinturas y relieves.

El templo tiene planta de cruz latina y en su interior se construyeron diez capillas. La cubierta de la nave es de bóveda de cañón con arcos, a todo lo largo se observan círculos, óvalos y medallones con personajes bíblicos, yesería policromada, herrería, cuadros y otras decoraciones apenas perceptibles, además de relieves chapeados en oro.

La cubierta del crucero es de bóveda vaída y está decorada con relieves de santos de la orden de predicadores, entre ellos, cuatro pontífices que se hallan en las pechinas. Todo el espacio está cubierto por una verdadera e intrincada red de entrelazos por donde asoman santos, ángeles, querubines y patriarcas.

La bóveda vaída, que resalta por su belleza, se eleva sobre el cañón corrido de la nave, donde podemos observar 104 medallones de mártires dominicos que de abajo hacia arriba y de mayor a menor van formando gajos en la bóveda peraltada, hasta llegar a la representación de la Paloma del Espíritu Santo. En este conjunto destaca la hermosísima Capilla del Rosario, de cúpula gallonada que descansa sobre tambor octagonal. La pequeña imagen de a virgen viste de blanco, haciendo juego con el dorado que resplandece en todo su alrededor; flanquean su nicho cuatro columnas salomónicas bellamente decoradas con imitación hojarasca dorada. Existen en esta capilla 24 pinturas de santos y santas de diferentes tamaños y en el cuarto superior observamos un óleo de la Virgen entregando un rosario a Santo Domingo; a su lado se ven las imágenes de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen. En las pechinas de la cúpula hay cuatro bustos de los evangelistas, que arrullan con sus parábolas el descanso de las cenizas del periodista insurgente Carlos María de Bustamante.


En el Ex-convento, el primer patio o claustro de procesiones, delimitado por pasillos perimetrales cubiertos por bóvedas con nervaduras góticas primitivas, en los muros hay restos de pinturas al fresco, pinturas de santos y santas del siglo XVII, en la planta alta, los pasillos están cubiertos con bóvedas con arcos fajones de medio punto sobre impostas y capiteles de columnas adosadas. En el segundo patio llamado el "patio de los limoneros" no tiene pasillos cubiertos, en el ala norte está la antigua cocina y al oriente un auditorio exprofeso para reuniones y conferencias; destaca en este pórtico un escudo dominico sobre la puerta de acceso.

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